Cerró un frigorìfico y 1100 trabajadores tienen destino incierto

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Los 1.100 obreros que trabajan en el Frigorífico Tres Arroyos de Concepción del Uruguay, se encontraron las puertas cerradas y un destino incierto para su trabajo. Horas más tarde, en la delegación departamental de la Dirección Provincial del Trabajo (DPT) se llevó a cabo una audiencia entre el abogado Roberto Lencina, por Granja Tres Arroyos, y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (Stia), representado por su secretario general, Matías González, y su letrado, Gabriel Garnier, con el fin de acercar posiciones tras el conflicto suscitado ante el cierre de las puertas de la planta frigorífica uruguayense.

Tras un acalorado debate, que se extendió por más de una hora y media, cada una de las partes se mantuvo en su posición, por lo que no se llegó a ningún acuerdo.

Tras la discusión el conflicto continúa, aún no hay una fecha puntual que haga referencia a un posible acuerdo y la realidad es que Tres Arroyos sigue con sus puertas cerradas.
El presidente de la empresa, Joaquín De Grazia, manifestó que no abrieron sus puertas porque “como no se ha trabajado el martes se han tenido que sacrificar muchos pollos y esto repercute no sólo en el bienestar animal sino también económico. Hasta ahora no hemos llegado a ningún acuerdo con los trabajadores y teniendo en cuenta que los motivos presentados no justifican en lo más mínimo una medida de esta naturaleza, hemos decidido tomar esta decisión”, destacó.

En cuanto al pago del bono aclaró: “es algo voluntario, nos hemos manejado toda la vida de esta forma, esto significa una gratificación especial para la gente durante el año y en esta oportunidad no nos podemos poner de acuerdo y tampoco nos vamos a poner de acuerdo en los términos que lo han planteado”.

Respecto a los reclamos de los trabajadores sobre pagos impuntuales y atraso en la liquidación, De Grazia señaló que son siempre puntuales en sus desembolsos; “no sólo de sus salarios sino también de su carga social; cualquier empleado de Tres Arroyos cuando llega el momento de jubilarse tarda 45 días en tener su jubilación porque nosotros somos muy respetuosos de las obligaciones que nos competen”, añadió en declaraciones a La Calle.

Un reclamo de la patronal

“Los trabajadores inventan accidentes a los efectos de cobrar la ART y las indemnizaciones que están previstas para cada uno de estos casos; esto es un tema estadístico y son éstas, entre otras cuestiones, la que hacen que lleguemos a esta decisión. La gente, por ejemplo, denuncia haber perdido un diente porque se golpeó con un cajón o recurren a torceduras de dedos que no se infligen en el trabajo”, manifestó el Presidente de la institución en cuanto a las problemáticas que se presentan en la agenda diaria de la empresa; a la vez agregó: “lamentablemente esto es una realidad, lo tengo que decir, y aproveché para decirlo en estas circunstancias de conflicto donde uno más auténtico porque expresa todas sus verdades”.

En el diálogo De Grazia hizo hincapié en su deseo de continuar con Tres Arroyos trabajando activamente en pos del bienestar no sólo de los empleados, sino de todas las familias que dependen colateralmente de la empresa y en base a ello señaló: “quien conozca nuestra planta sabe que no se puede pensar que empresarios como nosotros, que tomamos esta empresa en el año 1985 con 87 personas, podamos pensar en querer cerrar la planta; lo que sí sabemos es cuáles son los límites y cuando no se puede trabajar en forma correcta y eso, entre otras cosas, habla de una empresa que tiene el 13% de ausentismo promedio y nos referimos a una empresa que habiendo sido una de las más eficientes hoy es una de las menos ineficientes”. “Estos últimos días la productividad descendió notablemente y como bien sabemos la productividad depende de los factores nombrados, como el ausentismo y problemas de trabajo. Los trabajadores han decidido trabajar parcialmente y eso ha hecho que los pollos se murieran en sus jaulas, la granja no se cargara y demás. Lo que está sucediendo es un llamado de atención para todos, creemos que la población sindical debería colaborar un poco más con nosotros”, enfatizó.

Dentro de la conversación, desvinculó que el cierre esté relacionado con una situación macro, es decir, con la realidad económica y política de la Argentina y la crisis económica que atraviesa el mundo. En cuanto a esto destacó: “no puedo llevar esto a un terreno económico, esto es estrictamente laboral en función de un capricho de una serie de trabajadores que son una absoluta minoría y esto lo vamos a ir viendo en los próximos días. Así como yo no quiero cerrar la planta, el 95% del personal quiere trabajar”.

En cuanto a los rumores de traslado el empresario aseveró que es falso; “la planta no se puede trasladar a ningún lado, pero no va a ser la primera planta que no pueda trabajar. Las producciones se pueden trasladar, pero no la planta”

De Grazia no habló de fechas, tampoco supo dar con exactitud el día en que la empresa volverá a funcionar normalmente y ante ello concluyó: “el destino no lo sé, nadie lo sabe y esto exclusivamente va a depender de la racionalidad de todos. Hasta ahora no nos hemos podido poner de acuerdo, mientras no nos pongamos de acuerdo este será el panorama “.

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