Lo que nació como una legítima acción de un grupo de trabajadores autoconvocados del hospital Santa Rosa terminó convertido anoche en una frustración. Nadie sabe bien por qué motivos, la marcha que estaba prevista para el viernes las 19 bajo la consigna “Todos por nuestro hospital público”, fue “vaciada” y no pudo ni siquiera concretarse.
A la hora prevista para el inicio de la movilización –que iba a partir desde el Santa Rosa hasta la plaza 25 de Mayo- había en el predio del centro asistencial un pequeño grupo de personas, menor incluso que el que, en asamblea, había decidido convocar a la marcha.
¿Qué pasó en el medio? Aparentemente, varias cosas. Todas incomprobables. El rumor que circulaba entre los pocos vecinos que se concentraron para la marcha era que habían existido “aprietes”. Y a eso se sumó la “sensación” de que la protesta iba a ser utilizada políticamente.
Desde la oposición cuestionaron el jueves el mecanismo de canalización del reclamo. Puntualmente, dijeron que no había que entregarle el petitorio al intendente Adrián Fuertes, porque su “intermediación” ya había fracasado en anteriores ocasiones y porque el jefe comunal iba a utilizar ese hecho “para el uso electoral en su extensa campaña encarada para conseguir algún lugar en la escalada de posiciones que lo moviliza desde hace tanto tiempo”.
Desde otros sectores, en cambio, no cayó bien la movida de “Villaguay nos une”, que ayer al mediodía entregó un petitorio sobre el hospital Santa Rosa en el ministerio de Salud. La foto que difundieron –y que este diario publicó en su tapa- también fue leída como una “politización” del reclamo.
Mientras tanto, el hospital sigue con servicios resentidos, falta de especialidades e insumos y sin terapia intensiva.