La plazoleta antártica Argentina fue escenario el jueves de los actos oficiales por el Día del Veterano y de los Caídos en Malvinas, al cumplirse 33 años del desembarco de las fuerzas argentinas en el territorio de las islas.
La ceremonia, que se desarrolló en horas de la mañana ante un buen marco de público, se inició con una invocación religiosa a cargo del padre Fabián Minigutti, quien destacó que quienes lucharon en el conflicto bélico “nos enseñan lo que significa el amor por la patria en la adversidad, la abnegación y el sacrificio”.
En ese marco, el sacerdote pidió “la luz y la paz que no tiene fin” para quienes ofrendaron su vida por la patria durante la guerra.
Luego, el secretario de Asuntos Legales del municipio, Raúl De Bernardi y los jefes de los Regimientos con asiento en Villaguay, Pablo de la Vega (RIM 5) y Carlos Alberto Issler (RCTan 1), depositaron una ofrenda floral al pie del monolito que se edificó en la plazoleta en 1982, a poco de iniciada la guerra, por iniciativa de algunos vecinos y de dirigentes del club Huracán.
El único orador del acto fue el jefe del Regimiento de Infantería Mecanizada 5 “Gral. Félix de Olazábal”, teniente coronel Pablo de la Vega, quien reclamó “no caer en el facilismo ni en generalizaciones y mucho menos en el desdén y el olvido” a la hora de analizar el conflicto bélico.
“Por un breve período de 74 días, que para una guerra contra la tercera potencia mundial es una eternidad, el pabellón nacional flameó orgulloso sobre nuestro territorio siendo un referente para estimular a los argentinos al cumplimiento de su deber. Todos los que cargamos algunos años durante esos 74 días fuimos un poco mejores… mejores padres, mejores hijos, mejores soldados, mejores ciudadanos”, señaló.
El jefe militar sostuvo que los 33 años transcurridos desde 1982 son “tiempo suficiente para la reflexión y el análisis profundo de lo sucedido”. Y subrayó que la guerra marcó la “interrupción” de 150 años de usurpación del imperio británico.
“La gesta de Malvinas nos ha dejado a nuestros veteranos a quienes no quiero llamar ex combatientes porque para ellos el combate continúa, sus heridas no han cicatrizado y ahora se encuentran con una nueva trinchera que defender, no pelean contra los ingleses y su superioridad tecnológica, no pelean contra el clima y la adversidad, no los envuelve la niebla de la guerra ni la incertidumbre de saber si habrá un mañana; su lucha es por el reconocimiento”, concluyó.