Así lo afirmó el médico neumonólogo Luis Darío Larrateguy, quien señaló que en la provincia la implementación de la Ley Antitabaco y otras medidas repercutieron en la disminución en la cantidad de fumadores.
El tabaco es uno de los factores de riesgo de las llamadas enfermedades crónicas no transmisibles, entre las que se incluyen las cardiovasculares, las que afectan al aparato respiratorio y la diabetes. Los especialistas advierten que no se trata de un vicio, sino de una enfermedad. Y a pesar de las intensas campañas y de los esfuerzos por erradicarlo, este flagelo afecta y mata a millones de personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera como una droga legal y además de estar vinculado a la mayoría de las enfermedades pulmonares, es responsable de muchas otras afecciones. Por ejemplo, en la mujer afecta la fecundidad y aumenta el riesgo de sufrir embarazos ectópicos; y en el hombre disminuye la movilidad de los espermatozoides.
Se estima además que el 30 por ciento de todos los cánceres son causados por el cigarrillo, y en el caso del cáncer de pulmón la cifra se eleva al 90 por ciento.
En este marco, el médico neumonólogo Luis Darío Larrateguy señaló que en la provincia la implementación de la Ley Antitabaco y otras medidas, como la campaña de advertencia sanitaria a través de la cual se colocaron en los paquetes de cigarrillos imágenes graficando las enfermedades que produce el cigarrillo, repercutieron en la disminución en la cantidad de fumadores: “Descendió de un 30 al 23 por ciento”, indicó, pero a la vez, advirtió: “La industria tabacalera es la única que mata a la mitad de sus clientes y utiliza gran parte de sus fabulosas ganancias para conseguir con publicidad engañosa los llamados ‘fumadores de reemplazo’, entre los que se contemplan los niños y adolescentes”.
“Se debe cuidar a las generaciones futuras de los generadores de discapacidad y muerte prematuras. Hay que evitar que la gente comience a fumar”, aconsejó el profesional, y recordó que al margen de las muertes que causa el tabaquismo, también genera enfermedades prematuras y discapacitantes.
“Puede provocar una angina de pecho, insuficiencia cardíaca, un infarto, un cuadro de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) o un enfisema; esto puede llevar a que alguien deba necesitar oxígeno domiciliario de manera permanente”, expresó.
