Mientras el cronista espera para realizar una entrevista, una mujer llega al Juzgado de Familia y cuenta que su marido la hostiga verbalmente. “Antes me insultaba sólo a mí; pero ahora también a mi hijo. Ya hice una denuncia, pero no pasó nada ¿Tendré que esperar que me pegue, o que me mate?”, relata. El empleado le pide un minuto, hace unas consultas telefónicas y le sugiere dirigirse a la Defensoría de Pobres y Menores.
La anécdota –real- describe simultáneamente varios aspectos de la problemática de la violencia de género en Villaguay. Por un lado, quizá el más visible, la desesperación de las víctimas. Pero también la existencia –de un tiempo a esta parte- de ámbitos públicos donde se pueden encontrar respuestas a este tipo de situaciones críticas.
Hasta hace algunos años no había en Villaguay ni Juzgado de Familia, ni Comisaría de Minoridad ni un Centro de Protección para Víctimas de Violencia como es hoy “La Delfina”.
“Lo que logramos aquí desde hace un tiempo es visibilizar la problemática, que siempre existió. Antes no contábamos con las herramientas o los dispositivos necesarios para poder trabajar frente a estas situaciones. Ahora, felizmente, hemos avanzado bastante”.
Quien hace el diagnóstico es la directora de Desarrollo Humano del municipio, Anabel Massine, de quien depende el funcionamiento de La Delfina, un espacio de contención para las víctimas, que cuenta con un abogado, un psicólogo y una trabajadora social para asesorarlas.
Al parecer, las herramientas están. Lo que aún mucha gente desconoce es cómo utilizarlas. A clarificar ese aspecto apunta esta nota.
El proceso
Una víctima de violencia –ya sea física, verbal o psicológica- debe denunciar el hecho ante la Comisaría de Minoridad y Violencia Familiar (San Martín 2160. Teléfono (03455) 427320), que funciona durante las 24 horas del día.
“Es importante recalcar que se debe hacer una denuncia, no una exposición. Hace falta una denuncia formal para que se actúe y se intervenga. Y la Comisaría de Minoridad y Violencia Familiar es el lugar más adecuado, porque ofrece una buena atención y tiene personal capacitado específicamente para esta problemática”, explicó Massine.
Y destacó que cuando desde el municipio se pidió la creación de la comisaría, “el intendente Adrián Fuertes solicitó específicamente que la atención esté a cargo de mujeres, para que las víctimas se sientan más contenidas, acompañadas, comprendidas”.
A partir de ese trámite (que de por sí puede disparar una solución urgente como el alojamiento en La Delfina, si la situación así lo exige), toman intervención diversos ámbitos de la justicia, pero en particular el Juzgado de Familia y Menores, a cargo del Dr. Carlos Pellichero, quien debe aplicar la Ley Nacional de Violencia contra la Mujer.
“La legislación no es represora. Está creada básicamente a partir de las estadísticas de femicidio y su objetivo central es prevenir los hechos. Por eso las medidas que se toman van en ese sentido”, explicó a EL PUEBLO el magistrado.
Pellichero apuntó que “todos los tipos de violencia” están contemplados en la norma. Pero aclaró que “hay medidas determinadas y adecuadas para cada caso”.
“Las medidas típicas ante la violencia son la prohibición de actos molestos, la restricción de acercamiento al domicilio o de ingreso al domicilio de la víctima; la prohibición de acercarse a la víctima y eventualmente la exclusión del hogar del agresor. Y también están contemplados apercibimientos a los infractores de esas medidas, advirtiéndoles que si las incumplen se tienen que someter a actuaciones penales”, explicó el juez.
En otro plano, indicó que, como se trata de una ley preventiva, el abordaje de los casos es distinto al de una causa penal.
“No hace falta probar nada en estos casos, basta la denuncia de la víctima para que se tomen medidas adecuadas a esa denuncia, previo análisis de la situación. Lo que se busca es impedir los femicidios. Por eso no hay todo un procedimiento previo a las medidas. Porque si lo hubiera podríamos llegar tarde. Frente a la denuncia hay un análisis de la situación y se adopta de inmediato una disposición preventiva, porque se considera que la situación es siempre urgente”, subrayó.
Luego, salvada la urgencia, el procedimiento contempla la intervención de un gabinete de profesionales con el objetivo de analizar en detalle la situación.
Más visible
La problemática de la violencia de género –que hoy será motivo de una concentración en las plazas principales de muchas ciudades argentinas- constituye el eje principal del trabajo del Juzgado de Familia.
Sólo en los primeros cinco meses del año han llegado allí 58 denuncias de mujeres agredidas por sus parejas. Es decir, a razón de una denuncia cada dos días y medio. A ellas habría que sumarles muchas otras situaciones que se quedan en una mera exposición policial y, más grave aún, decenas casos que, por temor, quedan aún circunscriptos al ámbito del hogar.
“Las denuncias por violencia de género son lo que más nos ocupa en el Juzgado. Es una realidad evidente, y las campañas como el ‘#NiUnaMenos’ ayudan a hacer más visible el problema y a generar conciencia”, admitió Pellichero.
Massine coincidió en el análisis. “Me parece que algunas personas se están animando a acercarse, tanto a La Delfina como a la Comisaría, la Defensoría o el Juzgado. La ampliación de las leyes nos permite hoy tener otro tipo de respuestas. Además, de alguna manera se está desnaturalizando la violencia de género. Antes mucha gente creía que era ‘normal’ que el hombre fuera agresivo”, opinó.
En ese marco, dijo que la marcha “es importantísima porque apunta a dos objetivos que son fundamentales: la sensibilización y la concientización de la comunidad”.
La Delfina
El Centro de Protección a Víctimas de Violencia Familiar “La Delfina” fue inaugurado en noviembre de 2013 y fue, durante mucho tiempo, el único hogar de esas características en toda la provincia.
Allí, las víctimas de violencia pueden encontrar no sólo alojamiento ante una situación de urgencia, sino también asesoramiento legal y psicológico durante las 24 horas del día.
En los casos que son sumamente urgentes, enseguida se hace el alojamiento; hay otros casos en los que sólo se hace un acompañamiento terapéutico, a través de los profesionales con que cuenta el Centro (psicólogo, abogado, trabajadora social, médicos)
“La Delfina depende del municipio, pero trabaja articuladamente con la Comisaría de Minoridad y Violencia Familiar, con la que comparte el espacio edilicio; y a partir de ahí con el Juzgado de Familia, la Defensoría y eventualmente con la coordinación del COPNAF, como para ir cubriendo y acompañando a las víctimas”, explicó la directora de Desarrollo Humano de la comuna.
Indicó que el alojamiento se dispone “en los casos que son sumamente urgentes” y que en otras situaciones la función del centro se limita a efectuar un acompañamiento integral a las víctimas durante todo el proceso de la denuncia.
Ahora, La Delfina está intentando abordar “la otra cara” del problema: la situación de los golpeadores.
“Es un tema complejo. Pero nos parece que necesitamos poner un espacio en el cual se pueda trabajar con los hombres. Vemos que del otro lado queda algo que no termina por resolverse, o para lo que no hay una respuesta. Por eso ahora estamos tratando junto a un psicólogo de armar algún ámbito de acompañamiento para los agresores, para conseguir su reinserción”, concluyó.