Los bomberos voluntarios de nuestra ciudad tuvieron un miércoles muy complicado, ya que debieron intervenir en cinco incendios, registrados con poco tiempo de diferencia e incluso de manera simultánea.
El primero ocurrió a las 14:30 en el establecimiento “La querencia”, en el kilómetro 78 de la ruta nacional 130, donde el fuego había tomado unas 14 hectáreas de rastrojo de trigo y una zona de más de 20 hectáreas de monte.
La extensión que habían abarcado las llamas obligó a los servidores públicos a solicitar la colaboración de otra de sus unidades, y de esa forma, luego de más de dos horas de intenso trabajo, lograron sofocar el fuego en ese campo, que es propiedad de José Carlos Camullo, de 65 años.
Mientras se trabajaba allí, otro móvil debió salir del cuartel para extinguir un incendio en el establecimiento “Don Paco”, en Zenón Roca (Lucas Sud Segunda), desde donde los convocaron pocos minutos antes de las 16.
Y al mismo tiempo, otra unidad fue convocada por un incendio de baldío en Goyena y Landín, que afortunadamente pudo ser sofocado de manera rápida mediante una línea de devanadera.
La intensa actividad del miércoles no terminó allí. A las 18:45 volvió a sonar la sirena en el cuartel y la autobomba salió disparada hacia la esquina de Dorrego y Rivadavia, donde se estaba registrando un incendio de cables de alta tensión. Los servidores públicos consiguieron sofocar las llamas con un matafuegos y luego dejaron en manos del personal de Electrovisa la solución del inconveniente.
Finalmente, a las 19:50 los convocaron porque había tomado fuego una enredadera en una vivienda ubicada en calle San Martín, entre Colón y Dorrego, adyacente al local del supermercado Yaguané.
Con una línea de devanadera lograron extinguir las llamas -que ya habían comenzado a afectar los tirantes de un ventiluz del super- y antes de retirarse efectuaron las tareas preventivas de rigor.