El Senado argentino dio el jueves la aprobación legislativa final a la administración del presidente Alberto Fernández para refinanciar la deuda de 45.000 millones de dólares del gobierno con el Fondo Monetario Internacional y evitar el pago de la deuda.
Los legisladores votaron 56 a 13 a favor del acuerdo firmado con el FMI a principios de marzo. Fue aprobado por la Cámara de Representantes la semana pasada, pero aún debe ser aprobado por el panel del FMI.
Si bien esta aprobación ayudará al país sudamericano a evitar otro incumplimiento y una crisis económica, es posible que haya creado una brecha no resuelta entre Fernández y su poderosa vicepresidenta, la expresidenta Cristina Fernández.
El debate sobre el refinanciamiento ha provocado indignación en Argentina por acuerdos anteriores con el FMI, que se consideran desastrosos para el bienestar económico del país. Durante una protesta la semana pasada, los manifestantes arrojaron piedras y prendieron fuego al frente de un edificio del Congreso.
Argentina aceptó la deuda en 2018 durante el gobierno del presidente conservador Mauricio Macri, pero no logró suprimir por completo la inflación ni resolver los problemas económicos del país.
El actual gobierno de izquierda ha dicho que el último acuerdo de refinanciación con el FMI es necesario para evitar el incumplimiento de los préstamos y evitar más problemas para la economía, que ha estado plagada de deudas y crisis pasadas.
Argentina retrasará el pago de su préstamo hasta 2026 y seguirá pagando hasta 2034. Bajo el arreglo anterior, los pagos de la deuda se habrían acumulado en 2022 y 2023.
Las fuerzas de izquierda, incluidos algunos miembros del partido gobernante cercanos al vicepresidente, han argumentado que algunas de sus acciones podrían empeorar la situación del 40% de los pobres de Argentina.
El gobierno dice que aumentará los precios del gas, la electricidad y otros servicios públicos, pero dice que el acuerdo no requiere un cambio en el sistema de pensiones o las normas laborales.
La vicepresidenta Fernández, quien no está afiliada al presidente, dijo: “Es una deuda que tenemos que hacer ajustes.
En una señal de su rechazo al acuerdo, el vicepresidente no se presentó a votar bajo fuertes medidas de seguridad.
Nora Cardinas, una de las líderes de la organización argentina de derechos humanos Madres de Plaza Mayo, dijo: “Dicen que no tenemos cambios y ahora vino el ajuste. Que esto tampoco va a subir, y que no va a subir. Pero (los precios) siguen subiendo todos los días. ¿Cómo se le pueden decir tantas mentiras a la gente?
El portavoz del FMI, Jerry Rice, no dijo el jueves cuándo votaría el comité de la agencia sobre el acuerdo, pero estimó que no tardaría mucho.