En el período previo a las elecciones de mitad de período en noviembre, el tipo de cambio equivalente de Argentina cruzó un umbral clave el viernes a medida que aumentaba la demanda de activos en moneda fuerte.
El tipo de cambio de swap de primera clase, obtenido mediante la compra de acciones en el país y luego vendiéndolas en el extranjero por dólar, se debilitó a 201,6 frente al dólar estadounidense a las 1.42 pm en Buenos Aires. La prevalencia entre el peso oficial y el de primera línea se elevó a 102,3 por ciento, frente al 100,5 por ciento de ayer, la más alta en al menos un año.
Los inversionistas locales han desarrollado una creciente desconfianza hacia el peso, apostando a que el gobierno se verá obligado a intensificar su devaluación después de las elecciones de noviembre.
La administración del presidente Alberto Fernández enfatiza la lenta depreciación del tipo de cambio oficial, que exagera la moneda a través de estrictos controles de capital para proteger las reservas mientras intenta reducir la inflación a más del 50 por ciento anual.
«Esta presión es lo que Fernández necesita moderar», dijo Siobhan Morton, directora de renta fija para América Latina de Amherst Bearbond en Nueva York. Las «políticas del gobierno han alcanzado un punto de penetración y las reservas extranjeras líquidas netas ahora son negativas».
El gobierno dice que continuará implementando la política monetaria establecida en el presupuesto de 2021, y no se prevé ni planifica un aumento repentino del tipo de cambio, dijo el jueves el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Por Scott Squires e Ignacio Olivera Doll, Bloomberg