Un perro es el protagonista de ésta historia que emociona y nos muestra el valor del amor verdadero: todos los días, concurre al cementerio donde fue enterrado su dueño para estar junto a él.
El hecho tiene lugar en el cementario de Cañada de Gómez, testigos de éste acto de amor aseguran que el perro se queda ahí durante varias horas, y en muchas ocasiones “se lamenta”.