Las expectativas positivas en materia de generación de empleo que abrió el cambio de gobierno, a fines del año pasado, parecen ir diluyéndose al cabo del primer semestre de la administración Macri. Casi un 80 por ciento de las 800 empresas relevadas por la consultora global Manpower en su última Encuesta de Expectativas de Empleo contestaron que durante el próximo trimestre no van a contratar ni despedir personal.
Si bien el ocho por ciento va a incrementar su nómina de empleados, el siete por ciento la disminuirá; este último porcentaje marca un aumento de dos puntos con respecto al trimestre anterior. Otro cinco por ciento se declara indeciso y dice que definirá el rumbo en los próximos meses.
Las empresas parecen estar en un compás de espera, atentas a la evolución de la situación económica, social y sindical.
El estancamiento económico y la inflación, la baja del consumo y la incertidumbre que provoca Brasil son algunas de las razones de esta tendencia.
Son los de manufactura, incluidas las automotrices y autopartistas, minería y petróleo. Por otro lado, mejoran las expectativas en los sectores de construcción, finanzas, seguros y servicios públicos.
La encuesta de Manpower confirma el impasse en el mercado de trabajo desde el último trimestre de 2014. Sin embargo, también se nota que hay un cambio a la hora de pensar en despidos. En el último trimestre de 2015, un cuatro por ciento de las empresas pensaba reducir personal. Esta cifra se elevó a cinco por ciento en los dos primeros trimestres de 2016, y vuelve a subir, esta vez a siete por ciento, para el próximo trimestre, que comienza en julio.
A todos los participantes se les hizo una única pregunta: “¿Prevé que el nivel de empleo en su empresa se modificará en el próximo trimestre en comparación con el trimestre actual?”. El resultado muestra que, en 2016, las expectativas positivas bajaron mes a mes hasta llegar a la actual: hay un ocho por ciento de empleadores que piensan incrementar el personal, pero un siete por ciento que piensa disminuir su plantel. Como resultado, una expectativa neta de empleo (ajustada por estacionalidad) que es positiva en un dos por ciento. El resto no piensa moverse de donde está, sin incorporaciones ni despidos.
El último trimestre de 2015 “veníamos con el impacto de las elecciones. Eso generó una expectativa positiva del seis por ciento”, dice Fernando Podestá, director nacional de Operaciones de ManpowerGroup Argentina. Durante el primer trimestre de este año, la tendencia siguió en aumento, con un ocho por ciento a favor de tomar más personal en los próximos meses. Pero a partir del segundo trimestre se dio un cambio: bajó a tres por ciento, y vuelve a bajar un punto los tres meses siguientes.
“La mayoría de las compañías se manifiesta, a través de estos números, expectante. Están analizando cómo impactan las medidas económicas en el segundo semestre”, agrega Podestá. “Si comparamos estos resultados con los de 2007-2008, nos encontramos que en esos años había una expectativa neta positiva del 30 por ciento, pero desde 2013 en adelante no superó el 10 por ciento.
Fuentes muy cercanas al ministerio de Trabajo confirman que “el que era más optimista, ahora es más cauteloso en materia de empleo. No estamos atravesando ni una situación muy deteriorada ni un panorama como para ponerse contentos”. Según datos del Ministerio (en coincidencia con los de Manpower), casi un 85 por ciento de los empleadores van a mantener su personal, aunque éste es un número menor al del año pasado. “Vemos que hay una cautela generalizada. Tenemos preocupación y estamos trabajando en esto”, afirmó el funcionario.
“Estamos en un momento de recesión suave, de la cual se podría salir en un trimestre más. Es normal que, por la incertidumbre, baje la expectativa de empleo”, opina el economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (Fiel) Juan Luis Bour. Aunque calcula una inflación del 41 por ciento para este año, sumada a la recesión (un panorama de estanflación), estima que este año el PBI sufrirá una caída del 0,4 por ciento. “Estamos esperando que la tasa de inflación se modere y que esté más cerca del dos que del tres por ciento mensual”, agrega. Ve preocupante el tipo de cambio, que tuvo una devaluación del 55 por ciento con respecto a 2015, pero que con una inflación del 41 por ciento está en proceso de volver a los niveles anteriores.
La población laboral más vulnerable es la informal, una cifra cercana al 40 por ciento de los trabajadores que no entran en las estadísticas recientes ni en los informes de muchas de las consultoras, que miden el trabajo formal en relación de dependencia y mayormente de grandes empresas. Otra de las poblaciones sensibles a los vaivenes económicos son las micropymes (de menos de 10 empleados), que todavía no son medidas por la Encuesta de Indicadores Laborales que realiza el ministerio de Trabajo.
Como herramienta para impedir los despidos, sigue en funcionamiento para el mercado laboral formal en relación de dependencia el Programa de Recuperación Productiva (Repro), destinado a empresas que acrediten una situación de crisis y se comprometan a no despedir personal. El Estado paga a los trabajadores involucrados una suma fija mensual remunerativa hasta el monto equivalente al salario mínimo, vital y móvil por un plazo de hasta 12 meses, destinada a completar el sueldo de su categoría.
El ministerio aplicó un recorte importante de los Repro “porque en muchos casos la gente los dejó de pedir porque sabían que no les correspondía”, explica la fuente oficial consultada. “Estamos investigando los procedimientos. Ahora hay entre un 10 y un 15 por ciento de las empresas que había en 2015 con pedido de Repro. Son entre 20 y 25 compañías, con un total de 10.000 trabajadores en este plan. En 2015, en cambio, se ejecutó una suma de 1059 millones de pesos a 260 empresas”, concluyó.
Fuente: diario La Nacion, Buenos Aires.