Después de los ataques de palometas en los días de intenso calor, le llegó el turno a las rayas.
En una playa de Salto, sobre el río Uruguay, que no está autorizada pero que es buscada por la gente por su tranquilidad, un bañista pisó una raya y sufrió las consecuencias.
Las arenas de Corralitos, en Salto (ROU), suelen esconder la presencia de rayas que no se perciben a simple vista debido a la turbiedad de las aguas y representan un grave peligro para los bañistas.
Este pez, que puede llegar a grandes dimensiones, reacciona bruscamente cuando es pisado y clava una especie de aguijón que causa un dolor agudo, así como la inflamación de la zona donde aplica el ataque.
Pescadores que recorren la zona del río Uruguay, aguas abajo del Puerto de Salto, señalan que los bancos de arena que se forman en esa zona son lugares propicios para el habitad de estos peces. (El Entre Ríos)
