logodef
Opiná vos (!) El clima Datos útiles VOLVER  
Villaguay | Entre Ríos | Argentina | Domingo 18 de enero de 2009
Búsqueda personalizada

sig Columnistas

flecha De un tirón

flecha La mosquita

flecha La foto

flecha Recorriendo blogs

flecha Documentos

flecha Sociales


Por LA MOSQUITA (lamosquita@hotmail.com)

Causas y azares

Y el calor nos sigue cacheteando. Y entonces uno mira el mapa y se pregunta por qué carajo Villaguay no está corrido un poquito más hacia un costado y por qué diablos no lo atraviesa el Río Uruguay o el Paraná.

El azar geográfico quiso que Villaguay sea el centro de la provincia (beneficio relativo, si los hay) y le negó la posibilidad de contar con uno de estos dos tesoros: El Uruguay o el Paraná. En cambio, sólo le obsequió una ínfima porción del Gualeguay, que es el hermano menor, y medio estúpido, de los otros dos monstruos. Y entonces a las playas hay que mirarlas por TV o hacer 100 Km para llegar hasta Colón. Y ahí sí sentirse en otro mundo, totalmente distinto. Tan alejado de Villaguay, tan diferente, tan…

O prender el aire (el que tiene la fortuna de tenerlo y de poder garpar la boletita de tres o cuatro cifras que llega una vez cada dos meses).

O hacer girar el ventilador de la nona que escupe ruidos molestos y no para de desparramar las cenizas que generan mis pulmones. O el de techo, que desde que está colgado allá arriba amenaza con caerse y partirme en cuatro.

O armarse la pelopincho en el fondo de la casa y cambiar el agua sólo cuando tiene un grado de contaminación casi similar al del Riachuelo… porque no es cuestión de andar derrochando agua.

O ir a algunas de las piletas que ofrece Villaguay y allí convivir con insufribles niñitos con sobredosis de danonino que no paran de corretear por todos lados, de tirarse de cabecita al lado tuyo y de salpicar y de gritar y de salpicar y de gritar y de salpicar y de gritar, mientras sus respectivas madres leen la “Gente” o al iluminado de Coelho y reproducen las charlas de peluquería con las progenitoras de las niñitas que invaden las piletas con sus fucking inflables con formas remotas de cocodrilos, barney, ballenas o personajes amorfos de alguna serie animada yankee. Habría que hacerles un control antidoping a todos: a los niñitos, a las mocositas, a sus madres y a los inflables también.

O esperar que lleguen las benditas termas, que siempre están a pasitos de llegar, pero nunca llegan. Las termas, las mismas que hace años vienen siendo la estrella fugaz de plataformas electorales y de los discursitos baratos de todos los dirigentes que han tenido y tienen alguna ambición de poder.

Seguiremos esperando, con las expectativas cabizbajas pero con cierta ilusión. Ilusión que tambalea, pero no se cae. Que ingenua, Mosca, me digo! Pero bueno, tal vez, alguna vez el destino nos guiñe un ojo y las termas se materialicen. O no. O tal vez seamos nosotros los que podamos ubicar una boleta de otro color en la urna y, en una de esas, terminemos ganándole a la maldita suerte y logremos que algunos de todos los proyectos que nos venden se concrete de una buena vez por todas.

Y me pego una vuelta por el balneario y está peor que hace 10 años, pero mejor que hace dos. Y que hace uno. Y me gusta. Es tranquilo, está bueno. Pero le falta el río y la arena. Y le sobran mosquitos.

Y voy a la Zoila, que ha sido atrapada por el sistemita, y es privada y cobran la entrada, y el auto, y la pelota. Y no es caro, y zafa, pero la playa es más que extra small: tres metros cuadrados de arena para 50 personas. Y los números no me dan. Entonces me voy a un costado y me siento en el pasto. Y me pregunto por qué no me voy a la piletita del fondo de casa. Pero me quedo.

Y voy a la Balsa. Y me encanta. Es lo más parecido a una playa que se conoce por estos pagos. Forzando la imaginación con alguito, uno hasta podría alucinar con estar en otro lado. Pero hay un detalle que me amarga y me hace transpirar más de la cuenta: no tiene agua. Tenía, pero la sequía ha hecho estragos con los cultivos, y con la balsa también.

Un triste hilo de agua camina, tímido, entre la arena. Y si hubiésemos tomado la chiquitolina estaría perfecto, pero medimos 1,60 o 1,70 o 1,80 y, la verdad, que no alcanza ni para mojarse las patas, literalmente.

Y estoy convencida de que como ciudadanos hemos venido haciendo las cosas bastante mal y que somos responsables (por acción u omisión) del pobre desarrollo que ha tenido Villaguay.

Y creo que en algún punto nos merecemos tener esta ausencia de todo y putear el verano entero porque no hay dónde ir y pedir a gritos que enero se mude de esquina.

Pero convengamos que la suerte podría haber sido un poquito más flexible con nosotros y nos podría haber regalado una porción de un río como la gente, unos granitos más de arena, otra idiosincrasia, un poco más de ganas, la posibilidad de proyectar a largo plazo y un tanto más de lucidez. Y también nos podría haber evitado la adicción a la improvisación y al miedo. Y a la hipocresía y al individualismo.

Y las causas nos andan cercando. Cotidianas, invisibles. Y el azar se nos viene enredando. Poderoso, invencible.

VOLVER

 

lo

noticiasvillaguay.com.ar
Portal de noticias de Villaguay y zona
Editor: Martín Carruego
Tel 03455 15435881 - Herrera 56
Villaguay Entre Ríos