Tarde, para variar, tarde. El campeonato arrancó el 10 de diciembre. Hace varias fechas que la redonda está girando sobre el césped, pero resulta que el jueves el director técnico del equipo se enteró que algunos de sus jugadores no sabían jugar.

Parece que al reglamento sólo lo habían ojeado un par de días antes de debutar, pero como era demasiado extenso y complicado, lo dejaron durmiendo al lado del velador, sobre la mesita de luz.

Parece que los tipos sólo actuaban imitando al resto de los jugadores, por reflejo, cual ratas de laboratorio.

Parece que empezaron el torneo así nomás, con poquita técnica, pero con mucha fe, que sirve pero no alcanza.

Parece que se movían tratando de disimular su incapacidad, e intentando ocultar su inhabilidad para tocarla, para abrir la cancha, para marcar, o para pisar la pelota si el partido así lo exige.

¿Si no sabían el reglamento, en qué se basaron para actuar? ¿Sólo imitaban a quienes se movían a su lado? ¿El resto de los jugadores sí conocía el reglamento? ¿O acaso se desempeñaban abrazados a la intuición?

Parece que el jueves pasado, a través de la Ordenanza Nº 1018, el Concejo Deliberante de la ciudad  decidió “capacitar en forma intensiva al personal del sector tránsito a través de un curso para la optimización del personal de agentes municipales que desempeñan funciones en ésta área”.

¿Esto supone que los (cuasi) inspectores de tránsito que se desempeñan en los calles de la ciudad no están capacitados? ¿Por qué no se los instruyó durante la extensa transición que tuvo lugar entre los meses de marzo y diciembre de 2007? ¿O de última, porque no arrancaron con un curso intensivo de capacitación apenitas arrancó diciembre? ¿Era necesario que desde la tribuna se empezara a insultar para que el cuerpo técnico del club se diera cuenta que era necesario aportarle un poco de teoría a sus muchachos?

¿Si no están capacitados por qué hacen cómo que sí? ¿Se acuerdan… cuando éramos niñitos y nos disfrazábamos, y muchos jugábamos al doctor, o hacíamos como que teníamos una familia, o inventábamos una guerra, o poníamos un negocio de mentirita, se acuerdan? ¿Esto es lo mismo? ¿Todos estos meses estuvieron jugando a que ellos eran inspectores de tránsito, nosotros los boludos que nos comíamos las multas, y aquellos otros, los vivos que jamás fueron penados? ¿Quién permitió que se jugase con estas reglas? ¿Quién nos avisó que estábamos jugando a eso? ¿Y si yo no quería jugar? ¿Y si vos no querías jugar?

¿O sea, si los inspectores de tránsito de la ciudad no estaban lo suficientemente preparados para prevenir accidentes ni controlar el tránsito por qué aplicaron ciertas multas, y por qué dejaron de aplicar otras tantas? ¿Con qué criterio lo hacían o dejaban de hacerlo? ¿Ta te ti? ¿O había otro criterio? ¿Qué marmota (Estado) dio la autorización para que estas personas salieran a la calle disfrazadas de zorros (inspectores)?

¿Y ahora cómo sigue el partido? ¿Ahora que se blanqueó que los tipos no sabían hacer su trabajo, o sí, sabían pero no tanto como deberían haber sabido, qué va a pasar con las multas que aplicaron…? ¿Las van a condonar? ¿Quién se va a hacer cargo de los vehículos que han sido chocados debido a la incapacidad de controlar el tránsito que caracteriza a estos muchachos? ¿Y quién se hará responsable de los que sufrieron heridas en algún accidente debido a que determinado auto ya había pasado el semáforo en rojo unas 543 veces pero seguía transitando como si nada?

¿Ahora que van a capacitarse, sabrán diferenciar a quiénes conducen con el casco puesto de aquellos que no lo llevan? ¿La capacitación les dará herramientas para darse cuenta de que hay pibes de 15 años al volante de un auto? ¿La instrucción que recibirán les permitirá darse cuenta que los camiones no pueden circular por determinadas arterias?

Esta Mosquita desconoce cuánto tiempo insumirá el curso al que deberán concurrir los inspectores de tránsito, pero espera que rápida y eficientemente aprendan a desenvolverse como corresponde. Y aclara que el hecho de que lo hagan o no, es responsabilidad del ESTADO. Además, teniendo en cuenta el crecimiento demográfico que ha tenido Villaguay y, en consecuencia, el mayor tránsito vehicular, se pregunta si no sería necesario más y mejores inspectores.

La Mosquita espera que la próxima vez que se los cruce en alguna esquina de la ciudad, no sólo lleven a cuestas su disfraz azul y su prepotencia, sino también un criterio claro y preciso sobre el modo de hacer cumplir las reglas de tránsito.

Esta Mosquita también espera que el director técnico de la ciudad sepa distinguir qué jugadores deben ser titulares, cuáles suplentes, pueda advertir quiénes precisan de un descanso, y pueda decidir a tiempo no renovarle el contrato a aquel que considere que no realiza ningún aporte a su equipo.

Todavía falta para que termine el torneo. Por ahora estamos navegando en la mitad de la tabla, junto a varios equipos del montón. Se vienen tiempos de definiciones: para campeón todavía no nos da el cuero, pero aún estamos lejos de la B.

Quedan varias fechas por adelante. El futuro depende del técnico, de los jugadores y de la tribuna, que debe patalear cada vez que vea que las cosas se están haciendo mal.

Gritemos y hagámosle sentir que algunas cuestiones no están funcionando como corresponde. No sigamos permitiendo que las cosas se hagan tarde. No dejemos que algunos se sigan disfrazando de funcionarios. No miremos para otro lado ni dejemos que el ESTADO lo haga. No nos vayamos a la B.