Dos productores, una misma historia
La sequía, en primera persona

Juan Carlos Rodríguez y Jorge Aníbal Dimotta tienen unas pocas hectáreas de campo "duro" en Mojones Sud. Con sus sombreros de ala ancha, ayer se acercaron a la Agencia de Desarrollo Productivo municipal para obtener el monotributo eventual y poder acceder al plan de distribución de forrajes que puso en marcha el gobierno nacional con la intención de atemperar los efectos de la profunda sequía que sufre buen parte del país.
No tienen camionetas cuatro por cuatro ni pertenecen a la oligarquía. En sus pocas hectáreas de "tierra greda", que distan a 6 o 7 leguas uno de otro, tienen entre 20 y 30 animales que sobreviven a duras penas la falta de pasto y de agua. Y varios se les han muerto por falta de alimentos.
"La situación es medio parecida para todos. Los campos están muy pelados y al pasto le cuesta venir. Con estas lluviecitas no alcanza", explicó Dimotta, que vive "más adentro" en Mojones Sud y que admite que no tenía monotributo "porque uno es medio quedado para esas cosas".
Rodríguez, en tanto, agrega que "la última lluvia más o menos grande, que no fue de más de veinte milímetros, fue hace seis o siete meses". "Y vino a llover ahora, que cayeron 30. Pero eso no alcanza para nada", asegura.
El panorama, dicen ambos, es muy crítico. Y afirmaron que si hacen el esfuerzo de alimentar sus animales no es tanto por el valor que tienen, sino porque les daría pena "dejarlos morir".
"A mí se me han muerto cuatro o cinco, que para la cantidad que yo tengo son muchísimos. Es cierto que las vacas no valen nada, pero uno pelea para no dejarlos morir. Porque al final, con malos precios y todo, son los únicos recursos que tenemos", subrayó Rodríguez.
Y contó que desde hace por lo menos seis meses que está suplementando, a pérdida, la alimentación de su pequeño rodeo.
"Vengo comprando forrajes desde hace seis meses, de a puchitos, gastando 400 o 500 pesos más o menos cada veinte días. Y se hace muy difícil porque con lo que vale el animal no se justifica el gasto que uno hace. Así que si uno los alimenta es para no dejarlos morir", indicó.
(El Pueblo)
VOLVER