Pudo ser una tragedia, pero afortunadamente nadie caminaba por la vereda norte de calle Solís, a pasitos de Leopoldo Herrera, cuando un trozo importante de mampostería se derrumbó y cayó pesadamente a al piso, desde una altura de por lo menos seis metros.
El hecho se registró pocos minutos antes de las ocho, cuando un fragmento de la parte superior de la fachada de un inmueble ubicado en Solís 13, no resistió más y se cayó sobre la vereda. Por suerte, nadie pasaba por allí en ese momento. De lo contrario, ahora estaríamos hablando de una tragedia.
La vivienda, que pertenece a la señora Ana María Osuna, parece estar en buenas condiciones generales. Pero en el sector donde se produjo el deterioro, existía un soporte metálico para el tendido eléctrico, cuyo peso fue demasiado para la antigua estructura del edificio.
En el episodio intervinieron bomberos voluntarios, personal de Tránsito, policías y miembros de Electrovisa.